Un manifestante protesta frente a la Embajada de Myanmar en Bankok.
Un manifestante herido toma fotos desde el piso mientras los soldados abren fuego contra la multitud.
Así son las cosas. Las redes sociales en Myanmar enfrentan a un opresor armado y peligroso. Además de atacar a los manifestantes en las calles, los dictadores persiguen ahora a los cibermilitantes, que hacen esfuerzos enormes para eludir la censura y hacer llegar su material a la web.
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