Diga. Diga lo que tenga que decir. Usté no necesita un interlocutor. Sólo abra la maldita boca porque el que no llora no mama. Y el que llora mucho se queda con las dos tetas y una que otra vaca. Vamos, diga. Tome aire, respire hondo para que no le falte el aliento. No importa si le tiembla la voz. Usté tiene voz, el vibrato es lo de menos. Cuánta soprano anda dando vueltas por ahí y se gana la vida con eso. No es sólo cuestión de hablar tampoco. No estoy alentando a hablar sino a decir. Déle, diga que al menos yo estoy escuchando.
Las cosas se corrompen. Se pudren. Esa es la naturaleza de las cosas vivas. Y no hay nada que hacerle con este asunto más que alejar la nariz de todo lo que huele. Embolsar la mierda y disponerla lejos, a cargo de las autoridades sanitarias. O enterrar toda esa basura para que el planeta se haga cargo. A veces no se puede. A veces uno se cansa de que la vida se apure hacia la mierda. Y te sigue la rabia simple del hombre silvestre. Y te agotan las arpías y el oro sobre la conciencia. Y querés acabar con el bebo pero no me mojo. Y chau.
Días y flores
Si me levanto temprano fresco y curado claro y feliz y te digo: voy al bosque para aliviarme de tí sabe que dentro tengo un tesoro que me llega a la raíz.
Si luego vuelvo cargado con muchas flores y mucho color y te las pongo en la risa en la ternura, en la voz es que he mojado en flor mi camisa para teñir su sudor.
Pero si un día me demoro no te impacientes ya volveré mas tarde será que a la más profunda alegría me habrá seguido la rabia ese día la rabia simple del hombre silvestre la rabia bomba, la rabia de muerte la rabia imperio asesino de niños la rabia se me ha podrido el cariño, la rabia madre, por Dios, tengo frío la rabia es mío, eso es mío, solo mío, la rabia bebo pero no me mojo la rabia miedo a perder el manojo, la rabia a ir con zapato de tierra la rabia dame o te hago la guerra, la rabia a todo tiene su momento la rabia el grito se lo lleva el viento, la rabia el oro sobre la conciencia la rabia coño, paciencia, paciencia la rabia es mi vocación.
Si hay días que vuelvo cansado sucio de tiempo sin pan, amor es que regreso del mundo no del bosque, no del sol en estos días, compañera, ponte alma nueva para mi más bella flor.