18 de diciembre de 2008

Entregas de fin de año Vol. 02

De Mudanza Villa Muñecas


La casa vino con suerte. Sandra terminó con ese asunto de una buena vez. Le ganó a un tipo que no sabe perder. Debe ser difícl aprender ciertas cosas a esta altura de la vida.
Padre se recibió (díganle licenciado). Presentó su tesis y le recomendaron publicarla y todo.
El Nico es abanderado y Alejo hizo 7 amigos de una sola vez. Lo mejor es que todos viven en la casa de al lado. Zoilo se buscó una vida aventurera en una plaza cercana y eligió ser homeless. El perro vagabundo más caro del barrio.
La casa vino con suerte.

17 de diciembre de 2008

Entregas de fin de año Vol 01

Mmm... chico malo, qué pretende usté de ese látigo

Tras haber abandonado periódicamente este blog a lo largo del año, me he empeñado en publicar a diario hasta el último día de 2008 estas "entregas de fin de año". Tratándose de mí y de un producto de mis entrañas virtuales, es de esperar que haya una alta dosis de catalogables en Mala Onda. He aquí el primer escrito.
Una de las cosas que me sorprendió un fin de semana cervecero fue el suicidio público y escandaloso de Mario "El Malevo" Ferreyra. No me sorprende que muchos hayan encontrado la veta de este personaje de poca monta, más rápido alentando el show que desenfundando el cuchillo. Lo que me sorprende es que algunos se hayan comprado esto del héroe popular, el bizarro malvado querible del pago chico.
No voy a mentir, no me molesta particularmente que sea un asesino. No tengo esta cosa moral sobre el asesinato y el homicidio como pecados imperdonables. En el caso de matar a otro (humano, animal, planta), para mí lo que importa son los modales.
Este tipo se hacía el machito con gente apaleada y atada. Los ejecutaba. Una ejecución no es un homicidio respetable. Darse palos de hombre a hombre es otra cosa. Pero eso era algo que Ferreyra no estaba en condiciones de hacer. Digo, él muy hombrecito no era. Está claro eso desde que se mató. No iba a aguantar que lo acusaran públicamente de haber perseguido, torturado y matado. Le iban a tirar la imagen de héroe justiciero al carajo. En los medios nacionales iba a pasar a ser de gallito popular a otro escrachado monstruo de la dictadura. ¿Qué iba a decir a sus fanáticos? ¿Cómo iba a salir en cámara con el sombrero raído, la camisa negra manchada por los escupitajos de las Madres?
Encima ni siquiera estando formalmente dentro del gobierno represor. El tipo era un parapolicial. Un exterminador vocacional. Uno que soñaba con la gloria del caño caliente en la cintura. Una prótesis calibre 45 de la carne que le faltó (¿Adelante? ¿Atrás? Quién sabe. Salir del placard con patillas y bigotes debe ser bien difícil. Me imagino la posibilidad de quedar atorado en la puerta para siempre)
Cuando se mató me acordé de la Nina. Seguro está celebrando. Una mierda menos en el planeta de Emma. Yo también festejo: a su salud, doctora Vermal.

12 de noviembre de 2008

Mala como una endodoncia

arpía.

(Cf. harpía, del lat. harpyia, y este del gr. ῞Αρπυια).

1. f. Ave fabulosa, con rostro de mujer y cuerpo de ave de rapiña.

2. f. coloq. Persona codiciosa que con arte o maña saca cuanto puede.

3. f. coloq. Mujer aviesa.

4. f. coloq. Mujer muy fea y flaca.


Esto dice el diccionario de la Academia. Conozco algunas que cumplen con todas las características. ¿Ustedes?





8 de noviembre de 2008

Diga




Diga. Diga lo que tenga que decir. Usté no necesita un interlocutor. Sólo abra la maldita boca porque el que no llora no mama. Y el que llora mucho se queda con las dos tetas y una que otra vaca. Vamos, diga. Tome aire, respire hondo para que no le falte el aliento. No importa si le tiembla la voz. Usté tiene voz, el vibrato es lo de menos. Cuánta soprano anda dando vueltas por ahí y se gana la vida con eso. No es sólo cuestión de hablar tampoco. No estoy alentando a hablar sino a decir. Déle, diga que al menos yo estoy escuchando.

5 de noviembre de 2008

Y qué



Las cosas se corrompen. Se pudren. Esa es la naturaleza de las cosas vivas. Y no hay nada que hacerle con este asunto más que alejar la nariz de todo lo que huele. Embolsar la mierda y disponerla lejos, a cargo de las autoridades sanitarias. O enterrar toda esa basura para que el planeta se haga cargo.
A veces no se puede. A veces uno se cansa de que la vida se apure hacia la mierda. Y te sigue la rabia simple del hombre silvestre. Y te agotan las arpías y el oro sobre la conciencia. Y querés acabar con el bebo pero no me mojo. Y chau.

Días y flores

Si me levanto temprano
fresco y curado
claro y feliz
y te digo: voy al bosque
para aliviarme de tí
sabe que dentro tengo un tesoro
que me llega a la raíz.

Si luego vuelvo cargado
con muchas flores
y mucho color
y te las pongo en la risa
en la ternura, en la voz
es que he mojado en flor mi camisa
para teñir su sudor.

Pero si un día me demoro
no te impacientes
ya volveré mas tarde
será que a la más profunda alegría
me habrá seguido la rabia ese día
la rabia simple del hombre silvestre
la rabia bomba, la rabia de muerte
la rabia imperio asesino de niños
la rabia se me ha podrido el cariño,
la rabia madre, por Dios, tengo frío
la rabia es mío, eso es mío, solo mío,
la rabia bebo pero no me mojo
la rabia miedo a perder el manojo,
la rabia a ir con zapato de tierra
la rabia dame o te hago la guerra,
la rabia a todo tiene su momento
la rabia el grito se lo lleva el viento,
la rabia el oro sobre la conciencia
la rabia coño, paciencia, paciencia
la rabia es mi vocación.

Si hay días que vuelvo cansado
sucio de tiempo
sin pan, amor
es que regreso del mundo
no del bosque, no del sol
en estos días, compañera,
ponte alma nueva
para mi más bella flor.

30 de octubre de 2008

La plaza del barrio




Salimos a dar una vuelta justo en la hora en que se ponía el sol. Las dos estábamos cansadas. Ella había aprendido unas tres habilidades nuevas. Yo no había aprendido nada, pero había decidido decidir más y putear menos. La plaza es en verdad linda a esta hora del día, a esta altura de nuestros cansancios.

28 de octubre de 2008

Abuelito dime tú


Este texto fue extraído del diario Página/12.


El reino de las promesas incumplidas

El Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda), un centro de estudios económicos y sociales constituido por un grupo de investigadores con formación en economía política, elaboró un completo y esclarecedor informe sobre el sistema de capitalización individual de las AFJP. PáginaI12 publica el trabajo completo para contribuir al debate sobre el futuro del régimen previsional.

La decisión de la Corte Suprema de Justicia ordenando al Congreso Nacional que reestablezca un mecanismo de ajuste periódico para los haberes jubilatorios, ante la significativa pérdida de poder adquisitivo que vienen sufriendo en los últimos años, reavivó el debate sobre el sistema previsional en su conjunto. El debate no puede detenerse, sin embargo, exclusivamente en el monto de los haberes. Es imprescindible, por tanto, examinar la conveniencia de mantener el régimen privado de AFJP que, a lo largo de su vigencia, ha probado ser costoso e ineficiente. En este artículo se realizará una caracterización general del régimen de capitalización vigente y sus efectos para el sistema económico en su conjunto. Asimismo, con el propósito de mostrar de manera concreta las dramáticas consecuencias que acarrea el régimen actual para los trabajadores individuales, se estimará la remuneración que percibiría al momento de su retiro un trabajador que se incorpora hoy al mercado laboral formal, en ausencia del componente garantizado por el Estado. La proyección evaluará distintos escenarios posibles y permitirá demostrar que el sistema no ha generado los beneficios que presuntamente iba a producir, según se argumentaba al momento de su implementación. Es, más bien, el reino de las promesas incumplidas.

Las magníficas promesas y las tristes realidades del sistema de AFJP

La reforma previsional introducida en 1994 alteró sustancialmente la lógica sobre la que se sostenía el Sistema Nacional de Previsión Social (SNPS), vigente desde 1967.(1) Sobre la base del cuestionamiento del tradicional principio de reparto (considerado ineficiente e insostenible intertemporalmente), se instauró un mecanismo que tendría a la capitalización individual como el elemento central de la futura jubilación del trabajador. La reforma estuvo inspirada en el modelo previsional promovido en América Latina por los principales organismos internacionales de crédito (notablemente el Banco Mundial), que tomaba como referencia explícita al “exitoso” sistema chileno.(2)

La Ley 24.241 (aprobada en septiembre de 1993) dio origen a un sistema de carácter mixto –denominado Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJP)–, que combina un Régimen de Reparto y un Régimen de Capitalización.(3) La incorporación al nuevo SIJP es casi compulsiva ya que los aportantes –que a partir de esa fecha comenzaron a ser llamados afiliados– deben explicitar por escrito y en forma perentoria su decisión de ser incluidos al Régimen de Reparto o, de lo contrario, son directamente incorporados al Régimen de Capitalización.(4)

Los principales argumentos detrás de la propuesta de reforma eran que de este modo se iba a resolver el déficit crónico del sistema previsional, se incrementaría su cobertura y, al mismo tiempo, permitiría lograr un aumento del ahorro interno, fomentar el mercado doméstico de capitales y –consecuentemente– funcionaría como un impulso al crecimiento económico que redundaría en mejoras en las condiciones de vida de la población y en mayores beneficios al momento del retiro. El éxito estaría garantizado por los incentivos que generaría el sistema para que los trabajadores se afilien y realicen sus aportes a la espera de una mayor jubilación, mientras que la propia competencia entre las AFJP por captar fondos redundaría en menores costos y mejor rentabilidad de las inversiones. Desde una perspectiva más pragmática, se aseguraba, además, que este mecanismo evitaría que los aportes previsionales fueran utilizados por el Estado o sus funcionarios, ya sea para cubrir el déficit fiscal o en meros actos de corrupción. La capitalización privada permitiría, se decía, la identificación del aporte individual y con ello se garantizaba que la totalidad de los fondos entregados fuera destinado exclusivamente al pago de la correspondiente jubilación.

Más allá de la retórica utilizada para fundamentar el nuevo esquema previsional, la evolución de las variables más relevantes del sistema muestra resultados muy pobres. Según la información concreta disponible –mucha de ella brindada por las propias AFJP–, el sistema no respondió, en los hechos, de la manera en que prometían los impulsores de la reforma. El motivo del fracaso, a la luz de la experiencia, puede exponerse sintéticamente: el sistema era inadecuado para la realidad del mercado laboral y para la estructura económica argentina. No todos, sin embargo, fueron perdedores: el esquema resultó altamente beneficioso y se convirtió en una fuente de grandes negocios para el sector financiero y el capital concentrado local e internacional. Para fundamentar este diagnóstico se cotejarán a continuación, una a una, las promesas iniciales con los resultados reales obtenidos.

Baja proporción de aportes efectivos. El porcentaje de aportes realizados respecto del total de afiliados al sistema de capitalización ha resultado llamativamente bajo durante todo el período de vigencia del régimen: poco más de un tercio (Cuadro Nº 1). A su vez, en 2006 a más de 6 millones y medio de afiliados no se le han efectuado las contribuciones al sistema (6 de cada 10). Si bien luego de la crisis el indicador se fue recuperando, todavía se encuentra por debajo de su valor del año 2000. Estos datos muestran que el régimen de capitalización no reduce –como se argumentaba– la evasión o morosidad previsional.(5) En igual sentido, según información de la Dirección Nacional de Políticas de Seguridad Social (Dnpss), a la mitad de los afiliados se les realiza menos del 32% de los aportes que se deberían efectuar.(6) El bajo nivel de aportes efectivos se traduce inexorablemente en un menor nivel de jubilación futura. Ahora bien, la situación descripta no es exclusiva de la Argentina, sino que parece ser inherente al régimen de capitalización. En Chile, sólo se ingresan aportes por el 50% de los afiliados, aunque únicamente para el 10% esto ocurre los doce meses del año.(7)

Baja proporción de afiliación voluntaria. La visión idílica de que el régimen iba a promover que los trabajadores buscaran maximizar su jubilación futura eligiendo la AFJP que les garantizara mayor rentabilidad estuvo lejos de verificarse en el período de vigencia del sistema. En efecto, pese a que actualmente el régimen de capitalización individual cuenta con alrededor del 80% de los afiliados al SIJP, la mayor parte del crecimiento de sus miembros se debió a la incorporación de los denominados “indecisos” (quienes al integrarse al mercado laboral formal no hacen una opción explícita por el sistema público ni por ninguna AFJP). El peso de los indecisos en el crecimiento de los afiliados fue notable (Cuadro Nº 1). Así, la voluntad individual no parece ser lo que rigió la afiliación al régimen de capitalización, sino la arbitrariedad, la falta de información o la indiferencia. Por otra parte, como consecuencia de ello, cobró más relevancia la forma en que se distribuyeron los indecisos entre las AFJP que la propia competencia entre ellas. La “competencia” entre las AFJP, que se presentaba como garantía de eficiencia, rentabilidad y menores comisiones, fue otra ilusión.

Baja proporción de aportes voluntarios. Otro argumento era que el sistema sería tan provechoso que los afiliados iban a optar por engrosar sus aportes voluntariamente, de forma de obtener una mayor jubilación en el futuro. La demostración más cabal de que los afiliados no creen en las presuntas bondades del sistema es que los aportes voluntarios son una parte despreciable de la recaudación total: menos del 1% (Cuadro Nº 1). En otras palabras, los trabajadores no creen que las AFJP sean la mejor opción a la hora de garantizar una mayor jubilación futura. A pesar de contar con especialistas en negocios financieros, en los hechos, nadie parece dispuesto a entregar voluntariamente sus ahorros a las administradoras.

Bajo nivel de cobertura. Según se vaticinaba, el nuevo régimen subsanaría la presunta falta de incentivos para la afiliación al sistema previsional anterior, lo que debía expresarse en un aumento del nivel de cobertura. No obstante, es claro que –una vez más– las promesas no se plasmaron en la realidad. En lo que respecta a los trabajadores activos, la relación entre aportantes y la población ocupada se redujo del 42,3% en 1995 al 38,6% en 2003; a su vez, el coeficiente aportantes/ población económicamente activa (PEA) cayó del 35,1% al 32,6% en igual período. Por su parte, el alcance de los beneficios recibidos por las personas en edad de jubilarse también se vio disminuido. En 1995, el 76,8% de las personas mayores de 65 años poseía cobertura previsional; en 2003, en cambio, la proporción de beneficiarios en ese rango de edad cayó al 70,9%. No sólo aumentó el porcentaje de excluidos del sistema previsional, sino que además casi tres cuartas partes de las personas en edad de jubilarse son indigentes y casi la mitad de los pobres no indigentes no poseen cobertura.(8)

La caída de la cobertura puede explicarse en parte por la trayectoria del mercado laboral, referida al aumento de la tasa de desempleo y la agudización de la precarización laboral, así como por las características de la reforma implementada, que elevó los requisitos de aportes y años trabajados y favoreció la expansión de la evasión. Estos fenómenos acentuaron la exclusión del sistema previsional en forma paralela a la exclusión del mercado laboral. Aunque es cierto que la situación económica contribuyó al resultado, el postulado de que con un sistema de cuentas individuales se iba a aumentar el porcentaje de aportes es, indudablemente, equivocado.

Se basa en una teoría que considera que realizar o no dicho aporte es una decisión del individuo que se ofrece a trabajar. En algún sentido, este razonamiento parece responsabilizar al propio trabajador por el trabajo en negro. Sin embargo, el empleo no registrado es resultado de condiciones estructurales del mercado laboral, donde deben considerarse entre otros factores el nivel de desempleo y, por lo mismo, la ausencia de controles estatales. En definitiva, el fracaso del sistema privado como un medio para incrementar el nivel de cobertura se origina en un error conceptual acerca de las causas mismas del trabajo no registrado.

Alta concentración del mercado. En cuanto a la supuesta competencia que se iba a producir entre las AFJP, desde que comenzó a funcionar el régimen se verificó un marcado proceso de concentración del mercado. De las 26 empresas que comenzaron a operar en 1994, en la actualidad sólo quedan 10. La disminución de la cantidad de agentes en el mercado se expresó, lógicamente, en un incremento de la participación de las AFJP más grandes en las variables clave (Gráfico Nº 1). Un proceso similar se verificó en Chile, donde en la actualidad sólo operan seis empresas en el mercado, la mayor de las cuales administra los fondos de más de un 40% de los afiliados, y las tres mayores superan el 80%.(9) Estos datos indican una tendencia a la oligopolización del mercado, que se opone a los presuntos incentivos para reducir costos y mejorar los servicios.

Baja proporción de traspasos. La tasa de traspasos entre AFJP es ínfima. Si consideramos el período de la post-Convertibilidad, el promedio anual indica que sólo el 4,3% de los afiliados cambió de administradora de fondos (Cuadro Nº 1). No es cierto que los trabajadores elijan la AFJP que les brinda mejores beneficios ni que efectivamente opere la movilidad y la competencia en el mercado. De hecho, en un informe de la Superintendencia de AFJP del año 2003 se muestra que no existe una relación estadísticamente significativa entre la rentabilidad anual de las administradoras –variable que debería ser clave para la elección de los individuos– y las altas y traspasos de los afiliados. A este fenómeno ayudan, lógicamente, las distintas trabas que existen para pasar de una AFJP a otra y la imposibilidad de volver al régimen de reparto.

Altos costos del sistema. A los elementos señalados se suma un aspecto crucial del sistema: sus altísimos costos. Las AFJP cobran comisiones sobre los aportes realizados por los afiliados por los servicios que prestan, que se destinan a cubrir el seguro colectivo de invalidez y fallecimiento, los gastos de administración de las empresas y a engrosar las ganancias de las firmas. Pese a que las administradoras no incurren en ningún gasto de recaudación, ya que la percepción total de aportes y contribuciones está a cargo del Estado a través de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), las AFJP se apropiaron en promedio de un tercio de los montos recaudados entre 1994 y 2006. En el pico de la serie (2002/2003), prácticamente 4 de cada 10 pesos destinados a los fondos de capitalización individual se perdían en concepto de comisiones de las AFJP. Al mismo tiempo, el gran peso de las comisiones en las contribuciones anuales transformaron al sistema argentino en uno de los más ineficientes del mundo: por caso, hacia fines de la década de 1990, el costo administrativo del régimen privado nacional era 47% superior al chileno y 60% superior al uruguayo.(10)

Pero este costo no sólo es elevado respecto de otros regímenes privados, sino que se ha mostrado mucho más oneroso que el sistema previsional estatal local. Según información de la Anses, los gastos operativos del régimen público representaron entre 1999 y 2005 tan sólo el 1,6% de las contribuciones y los recursos tributarios percibidos con fines previsionales, lo que resulta veinte veces más barato que el costo de administración del sistema de capitalización.(11)

Así, a lo largo del período de existencia del régimen privado, las AFJP cobraron comisiones por alrededor de 21.000 millones de pesos constantes de 2006 (Gráfico Nº 2). Esta transferencia de recursos de los aportantes a las administradoras de fondos superó los 10.600 millones de dólares entre julio de 1994 y junio de 2006, es decir, fue superior al presupuesto público de Seguridad Social aprobado para esos años. Como se ve, en lugar de la eficiencia el sistema parece concebido para maximizar el beneficio de las administradoras: la gigantesca transferencia de riqueza es injustificable.

Profundización del déficit del sistema público. La privatización de una parte significativa del sistema previsional repercutió en una fuerte contracción de ingresos en el régimen público de reparto. El constante drenaje de afiliados y aportantes hacia el régimen de capitalización y las sucesivas reducciones de las contribuciones patronales a lo largo de la década pasada (cayeron del 16% a fines de 1991 al 7% en promedio a fines del año 1999) profundizaron el desfinanciamiento del sistema estatal. Se estima que, desde la creación de las AFJP, el sistema de seguridad social público resignó anualmente recursos por un monto cercano a los 5.500 millones de pesos constantes de 2006 en concepto de recaudación perdida y 6.000 millones de pesos constantes de 2006 por la reducción de las contribuciones. Para dimensionar la pérdida de ingresos públicos que implicó este proceso, se trata de una cifra anual apenas inferior a la suma de los presupuestos actuales de Salud, Educación y Ciencia y Técnica de la Administración Pública Nacional.

La identificación del origen del déficit previsional es una cuestión de gran relevancia. El discurso de los defensores de las AFJP históricamente asoció maliciosamente el déficit a la ineficiencia del sector público. Sin embargo, el desfinanciamiento puede darse sencillamente por tener menores ingresos que los egresos necesarios para el pago de las jubilaciones y pensiones, debido a un bajo nivel de cumplimiento de las obligaciones previsionales, a la menor alícuota del aporte, al crecimiento del desempleo, a la caída de salarios, etc. La ineficiencia, en cambio, debe evaluarse en base a los costos de administración del sistema en relación a cierto volumen de beneficiarios y/o trabajadores activos. Paradójicamente, el actual mecanismo de capitalización privada está dando lugar a un incremento del déficit previsional –al girar fondos hacia las administradoras– en paralelo a un incremento de la ineficiencia, en virtud de los mayores costos de administración que implica. Nuevamente: parece peor el remedio que la enfermedad.

Junto con la pérdida de recursos, el Estado asumió la responsabilidad por el sostenimiento de los pasivos vigentes al momento de la reforma, librando a las AFJP de solventar un esquema de transición con parte de los fondos recibidos. Adicionalmente, el Estado garantizó la rentabilidad mínima sobre los fondos administrados a través de un Fondo de Fluctuación; la integración en el haber futuro de la PBU y la PC; el pago de los retiros transitorios por invalidez en caso de quiebra de una AFJP; el pago de las jubilaciones, retiros por invalidez y pensiones por fallecimiento a los que opten por renta vitalicia y en caso de quiebra o liquidación de las CSR; y el pago de un haber mínimo cuando, cumplidos los requisitos, el haber total sea inferior al mínimo legal y los jubilados deseen acogerse a este beneficio.(12)

En definitiva, la promesa de una mejora en las cuentas públicas no sólo no se cumplió, sino que el deterioro derivado de la privatización previsional fue notable. Mientras que en 1994 el 78,7% de los recursos de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) se obtenía de aportes y contribuciones, diez años después esos fondos no llegan a explicar el 50% de los recursos utilizados para financiar el componente público del sistema de jubilaciones y pensiones (Anses).

Destino inseguro de los fondos acumulados. Como se mencionó anteriormente, un argumento recurrente para apuntalar el cambio del sistema previsional consistía en que los aportes previsionales, al encontrarse identificados y asignados a una persona concreta, no iban a poder ser desviados hacia otros fines, como podía ocurrir con el sistema previsional estatal. Sin embargo, esto también es incorrecto. En efecto, quien ha procurado avanzar sobre las cuentas de los aportes previsionales no ha sido el Estado, sino las propias administradoras. El Decreto 1495/01, impulsado por las AFJP, permitió cobrar una parte de la comisión deduciéndola del saldo de la cuenta de capitalización cuando el afiliado no aporte durante un período determinado. Así, aunque no haya aportes nuevos, la AFJP termina cobrando. Por caso, entre julio de 2002 y junio de 2003 las AFJP debitaron de las cuentas de capitalización individual por dicho concepto la nada despreciable suma de 40 millones de pesos.(13)

La posibilidad de que las AFJP echen mano sobre esos fondos no es un problema menor, y ha tenido un antecedente adicional, que si bien no terminó de concretarse evidencia la falta de seguridad que los aportantes tienen sobre la intangibilidad de esos fondos. El mismo Decreto 1495/01 les permitió a las AFJP extender el cobro de comisiones para incluir también la masa acumulada en los fondos como un monto imponible. En concreto, el Decreto estableció que las AFJP podían cobrar hasta un 20% de la rentabilidad obtenida en lo que supere al 5% nominal. De aplicarse en forma permanente este decreto, las comisiones totales cobradas se hubieran incrementado considerablemente.(14) En un escenario económico sustancialmente distinto, en el año 2002, se suspendió la posibilidad de que las AFJP cobren comisión sobre los rendimientos de los fondos. De todas formas, que no se haya terminado de concretar la virtual apropiación de los recursos de las cuentas de capitalización individual no significa que estén seguros. Los aportantes se encuentran sin duda a merced de la voracidad de las AFJP, que parece ilimitada.

Fomento nulo del mercado de capitales. Los fondos gestionados por las AFJP se fueron incrementando gradualmente a lo largo del tiempo, creciendo del 0,5% al 12,6% del PIB entre 1995 y 2006 (Superintendencia de AFJP). Sin embargo, esta creciente masa de recursos estuvo lejos de fomentar el desarrollo del mercado local de capitales. Contrariamente a las proyecciones realizadas por los promotores de la reforma, estos fondos no fueron canalizados mayoritariamente hacia proyectos de inversión que apuntalaran el crecimiento económico. En cambio, una parte significativa de la cartera de las AFJP fue prestada al Estado a través de la adquisición de títulos y bonos públicos. Como se mostró anteriormente, el déficit generado por la introducción del sistema privado incrementó las necesidades de financiamiento del sector público. Pero lo curioso es que una porción relevante de este déficit fue financiada con los propios recursos administrados por las AFJP. En promedio, entre 1995 y 2006 el 57,5% de los fondos de las AFJP se utilizó para la compra de instrumentos de deuda pública. Este destino llegó a representar casi el 78% de la cartera de inversiones de las administradoras en el año 2002 (Superintendencia de AFJP).

Es decir, el Estado sigue utilizando gran parte de los fondos transferidos a las AFJP para afrontar el déficit creado por la misma reforma, sólo que los recursos que vuelven a las arcas fiscales se encuentran diezmados por las comisiones cobradas por las empresas privadas y generan una mayor deuda por la obligación de devolver el capital y los correspondientes intereses. Es un curioso mecanismo: para que no se utilicen los fondos se terceriza su administración, pero luego los fondos se emplean para los mismos fines sólo que después de pagar un peaje.

Haciendo cuentas: la jubilación que nos depara el sistema de AFJP

Cuando se llevó adelante la modificación del sistema previsional y se instauró el sistema de fondos acumulables en cuentas personales, uno de los argumentos esgrimidos para implementar el cambio hacía énfasis en las bajas jubilaciones que recibían los pasivos en aquel momento. Se sostenía que el sistema de AFJP iba a poder, por el contrario, brindar no sólo una mayor cobertura, sino también remuneraciones sustancialmente mayores.

Transcurrida poco más de una década resulta relevante contrastar esta promesa con la realidad mediante una proyección que establezca cuál sería ser el ingreso percibido como jubilación por un trabajador medio que realizó todos sus aportes a una AFJP. A tal fin, hemos realizado una estimación de la renta vitalicia que obtendría un hombre o una mujer si la totalidad de los aportes se realizaran dentro del sistema de capitalización individual. Este podría ser el caso de un trabajador que ingresa hoy al mercado laboral incorporándose desde el inicio al régimen privado.(15)

Supuestos base para la estimación del haber futuro. Como las situaciones posibles son numerosas, para estimar el ingreso futuro de un aportante al sistema de AFJP es necesario realizar algunos supuestos realistas. Se seleccionan así sólo algunas de esas múltiples opciones:

- El trabajador desarrolla su actividad durante 30 años y luego se retira del mercado laboral.

- La jubilación íntegra del trabajador provendrá de la acumulación de fondos en su cuenta de capitalización individual, sin que haya transferencias adicionales por parte del Estado.

- El ingreso mensual del trabajador es similar al promedio actual de los salarios ($849), obtenido a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del segundo semestre de 2005.

- Los ingresos al momento del retiro son mayores a los percibidos al inicio. Esto implica que a lo largo de su vida laboral el trabajador tiende a incrementar su ingreso real –por diversos motivos–. En el ejercicio aquí realizado se ha supuesto que los ingresos del trabajador crecen a razón de un 1,3% anual acumulativo o, lo que es lo mismo, son un 47,2% superiores después de treinta años de trabajo.(16)

- El rendimiento real esperado de los fondos es equivalente al promedio observado después de la salida de la Convertibilidad. Es decir, se toman los valores correspondientes al actual escenario macroeconómico. La tasa de rentabilidad anual promedio de los fondos administrados por las AFJP ha sido, durante el período posterior a la devaluación, del 6,21%.

- Las comisiones por parte de las AFJP son similares al porcentaje cobrado durante el período de la postConvertibilidad, equivalentes al 36,51% de los fondos ingresados al sistema.

- Se ha distinguido la percepción que cobraría un varón de una mujer. Si bien el sistema de reparto no realiza diferencia al respecto, el régimen de capitalización sí lo hace al tratarse de una renta vitalicia, ya que las empresas de seguros de retiro incorporan la diferencia en la esperanza de vida por géneros para el cálculo del monto a pagar. Ello redunda en menores percepciones en el caso de que se jubile una mujer.(17)

Los primeros resultados obtenidos: un haber paupérrimo. A partir de estos supuestos, proyectando el desempeño de los fondos administrados por las AFJP a lo largo de treinta años se observa que el monto de la jubilación mensual que puede obtener un trabajador medio desde que se retira hasta que muere (rentas vitalicias) es paupérrimo. Un trabajador que tiene un salario de $849 estaría cobrando, luego de efectuar sus aportes puntillosamente cada mes a lo largo de su vida laboral, $538,9 si es varón y $479,9 si es mujer, por mes (Cuadro N 2). Estas percepciones representan apenas el 53,7% y el 47,8% de los sueldos obtenidos durante los últimos tres años laborales del trabajador. Se trata, desde ya, de la eliminación lisa y llana del derecho al 82% móvil de los jubilados. En realidad, sobre esta base, los ingresos de los jubilados apenas alcanzan a la mitad de los que obtenían en su época activa.

La situación presentada hasta aquí, que muestra un panorama sombrío para los trabajadores sometidos al sistema de AFJP, es sin embargo un paraíso inalcanzable para la gran mayoría. Ello se debe a que se ha supuesto que el trabajador se encuentra en un empleo registrado durante los treinta años de su desempeño laboral, y que se le efectúan todos los aportes obligatorios durante todo el período. En realidad, esta situación es absolutamente excepcional. Como se mencionó previamente, un estudio de la Dnpss del año 2003 señala que la densidad de los aportes de la mitad de los trabajadores afiliados al sistema de capitalización privada (aportes efectivamente realizados sobre la cantidad de aportes potenciales) es menor al 32%. Esto implica que las contribuciones de cada afiliado que realmente ingresan al sistema equivalen a menos de cuatro meses del año. Como ha sido marcado, ello puede deberse a la existencia de trabajos no registrados, trabajos estacionales, desocupación u otras causas. Este dato no refleja una situación extraordinaria, sino que constituye sin duda una parte esencial de los problemas del sistema previsional y afecta a la mayoría de los trabajadores en la actualidad. Para estimar un futuro más realista del aportante, no puede dejarse de lado esta circunstancia.

Los resultados de una estimación más realista: haberes directamente miserables. Ajustando la estimación a una densidad de los aportes del 32%, las rentas vitalicias que podría obtener un trabajador con el ingreso salarial medio actual de la economía se vuelven miserables: recibiría una renta vitalicia de $172,6 si es varón y $153,7 si es mujer, expresados siempre en pesos del año 2006 (Cuadro N 2). Desde ya, estos valores son considerablemente menores que la actual jubilación mínima. De hecho, este cálculo pone de manifiesto la magnitud del fracaso de las AFJP: un trabajador con el salario promedio actual, que tiene la densidad de aportes media, termina obteniendo una jubilación vitalicia inferior a la tercera parte de la jubilación mínima actual. No es en vano resaltar aquí que dicho resultado no disminuye en absoluto las ganancias de las AFJP por la tarea de “administrar” los fondos.

La falsa garantía de la AFJP Nación. La presencia de una AFJP estatal (AFJP Nación, perteneciente al Banco Nación) dentro del sistema de capitalización fue utilizada como argumento a favor de la reforma en dos sentidos: primero, de este modo la privatización no era total, ya que los afiliados al régimen de capitalización podían optar por la AFJP pública; y segundo, se sostenía que dicha AFJP brindaba una garantía mínima de rentabilidad, de la cual se verían directa o indirectamente beneficiados todos los afiliados por constituir un piso para el sistema. Sin embargo, como veremos al realizar el cálculo del haber individual para un aportante de esta AFJP que recibe el haber garantizado, nada de ello es cierto.

La garantía de la AFJP Nación fue recortada de manera inmediata luego de la aprobación de la reforma previsional. Lo que inicialmente era una doble garantía, en dólares y en pesos, del rendimiento neto de los fondos depositados, en junio de 1994 fue modificado quedando únicamente una garantía de rentabilidad en pesos. Esta asegura que los aportes acumulados no serán menores a lo que se hubiese obtenido si los fondos se depositaban en una caja de ahorro común, menos el pago del seguro.(18) Ahora bien, hemos mostrado ya que con un rendimiento real promedio de todo el sistema del 6,21%, las jubilaciones que se obtendrán tras 30 años de aportes son ínfimas. Al garantizar la “rentabilidad de la caja de ahorro”, la AFJP Nación ni siquiera garantiza una rentabilidad real. Es una garantía sospechosa: el rendimiento poco tentador que consiguieron todas las demás es superior a lo que el Nación está obligado a pagar.

Para tener una noción de lo que implica la garantía de la AFJP Nación, se puede realizar un ejercicio similar al efectuado anteriormente, asumiendo como resultados los que brinda la mencionada garantía. Hemos debido agregar para ello dos supuestos:

- Inflación anual promedio durante todo el período del 8%.

- Tasa de interés de la caja de ahorro del 2,75%, que corresponde a los valores actualmente vigentes según el BCRA.(19)

Como puede apreciarse, la AFJP Nación garantiza a los trabajadores que hoy cobran el salario medio y que aportan puntualmente durante 30 años, que van a percibir un haber equivalente a menos de la tercera parte de la actual jubilación mínima (Cuadro N 3). Desde ya, si el salario fuera inferior a la media, el resultado es directamente absurdo. Llamar”garantía” a este compromiso parece un simple residuo del discurso apologético del sistema privado de jubilación, más que una verdadera cualidad especial y favorable para el afiliado de la AFJP Nación.

A modo de conclusión: la actual crisis del sistema previsional

Desde una perspectiva general, la evolución del SIJP desde su puesta en marcha da muestras de ineficiencia, altos costos económicos y prácticamente nulos beneficios sociales. En la actualidad conviven trabajadores activos en situaciones heterogéneas en términos de sus aportes presentes y sus perspectivas futuras y, a la vez, los trabajadores pasivos se encuentran con situaciones previsionales altamente diferenciadas. Lo único cierto es que el sistema de capitalización privado significó el fin de un esquema solidario y redistributivo sumamente cuestionado para reemplazarlo por otro que no resuelve los problemas de antaño, agudiza la desigualdad después del retiro y crea espacio para un redondo negocio privado.

El Estado, por su parte, perdió cuantiosos recursos y al mismo tiempo asumió mayores compromisos, sin que se definiera un esquema que hiciera sustentable la transición entre ambos sistemas. La “solución” al problema implicó en la práctica un costo fiscal altísimo: la reforma se financió con endeudamiento facilitado, entro otras fuentes, por las mismas AFJP. De no haberse producido esta transferencia de recursos (tanto en materia de recaudación como de rebaja de aportes y contribuciones), el déficit financiero del sector público, característico de la década pasada, se hubiese reducido del 2,8 % al 0,5% del PIB en el período 1994-2000.(20) La contracara de este fenómeno son las exorbitantes ganancias y la proliferación de las oportunidades de negocios para el capital financiero. Las AFJP, controladas mayoritariamente por la banca local y extranjera, pudieron apropiarse de una porción creciente de la riqueza, a expensas de los ingresos del Estado y la remuneración actual y futura de la clase trabajadora.

A diferencia de la lógica con la que fue creado el SIJP, la filosofía del régimen estatal de jubilaciones y pensiones vigente al momento de la reforma de 1994 se caracterizaba por ser un sistema de transferencia intergeneracional, en donde la jubilación de quienes habían aportado en el pasado era pagada por los actuales trabajadores. Estos, a su vez, percibirían una jubilación financiada por los futuros trabajadores activos. En un contexto de crecimiento del producto y, en particular, de los salarios y del empleo, este sistema es capaz de brindar un apreciable beneficio para los aportantes. Visto desde un punto individual, esto


Cuadro No 1. Indicadores seleccionados del sistema de AFJP (en porcentaje), 1995-2006.


* Mes de junio de cada año.

** Entre julio del año anterior y junio del correspondiente año.

*** Cantidad de traspasos/afiliados promedio del año. Fuente: Superintendencia de AFJP.


Cuadro No 2. Renta vitalicia obtenida tras treinta años de incorporación al sistema de capitalización privada (en pesos constantes de 2006).


Fuente: elaboración propia sobre la base de información de la Anses, el INDEC y la DNPSS.


Cuadro No 3. Renta vitalicia obtenida al cumplirse la garantía de la AFJP Nación (en pesos constantes de 2006).


Fuente: elaboración propia sobre la base de información de la Anses, el INDEC y la DNPSS.


Gráfico No 1. Participación de las 6 primeras AFJP en el total del mercado (en porcentaje), 1995 versus 2006.


Fuente: Superintendencia de AFJP.



Gráfico No 2. Comisiones reales pagadas a las AFJP (en pesos constantes de 2006), 1994-2006.


Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos de la Superintendencia de AFJP.

21 de octubre de 2008

Lealtades (lealtad des)




Ya sé, les parece un poco tarde ya para un post sobre el 17 de octubre. Pero verán... me importa un carajo.
Dicho esto paso a aclarar que llevo unos días leyendo Eva Perón. Mensajes y discursos y ya que estaba en ese trance decidí terminar de documentarme antes de meterme en la apretada mala onda de este post. (Claro, no se podía esperar otra cosa de mí).
En fin, está claro para muchos pero no para todos (sobre todo para mi radical hermano), entonces diré antes que nada que no soy afiliada al Partido Justicialista. Sí estoy de acuerdo y defiendo herencias históricas del peronismo, sobre todo las relacionadas con los derechos de los trabajadores y con la seguridad social solidaria (el sistema previsional y las obras sociales sindicales, por ejemplo). De modo que no escribo desde el fervor militante ni desde el peludo corazón gorila que me agita cuando tropiezo con los resabios de las huestes de Carlos Saúl.

Evita y la lealtad (lealtad 1.948)
Los 17 de octubre muchos argentinos celebran el Día de la Lealtad Peronista. (Ustedes saben por qué, así que no abundaré en detalles). Es interesante observar cómo Eva Duarte en sus discursos lleva adelante un rito de manifestación expresa de su lealtad y de sus exigencias de lealtad para con Perón. En todos los mensajes que he leído se pone a sí misma como ejemplo de fidelidad y adhesión y sostiene su posición con una firmeza casi castrense. También proclama (de manera conmovedora, debo decir) su lealtad a quienes acompañan a Perón:

“Y como mujer del líder, recordando cómo el pueblo supo devolverme a mí y a la patria al coronel Perón en momentos en que me encontraba sola, amargada y llorando de la impotencia, porque no estaba en mis manos librarlo de ese mal trance, les digo a ustedes que si mi vida fuera necesaria para beneficio del pueblo, la daría con toda el alma por nuestros descamisados”. (1)

Pone su devoción por Perón y por los militantes como indiscutible. ¿Quién se atrevería a discutirla a estas alturas? Mucho menos entonces. Nunca olvida decir una palabra de admiración por Perón ni una de agradecimiento a los integrantes del movimiento peronista.

Peronistas y lealtad hoy (lealtad 2.008)
En 1948 Eva Duarte escribió un artículo para el diario Democracia: "Por qué soy peronista".

"En la lucha todos tenemos un puesto y esta es una lucha abierta por el ser o no ser de la Argentina. Luchamos por la independencia y la soberanía de la patria, por la dignidad de nuestros hijos y de nuestros padres, por el honor de una bandera y por la felicidad de un pueblo que ha sido escarnecido y sacrificado en aras de una avaricia y un egoísmo que no nos han traído sino dolores y luchas estériles y destructivas. Si el pueblo fuera feliz y la patria grande, ser peronista sería un derecho. En nuestros días, ser peronista es un deber. Por eso soy peronista.
Soy peronista entonces, por conciencia nacional, por procedencia popular, por convicción personal y por apasionada solidaridad y gratitud a mi pueblo..." (2)


Si todos los peronistas pudieran explicar así su adhesión, me tendrían como afiliada. Pero he convivido con personas que no entienden para nada lo de la felicidad del "pueblo escarnecido" y ni qué decir de la "apasionada solidaridad". La convicción personal es algo que no tienen todos los que ponen la foto de Perón y Evita presidiendo su despacho. Y eso hasta sería lo de menos si hubiera algo de gratitud hacia su pueblo.

Más de uno de los que canta la marcha a voz en cuello insiste en minar con desprecio machista y empecinada deslealtad la presidencia de Cristina Fernández, que hoy recuperó para los argentinos (no sólo para los peronistas) la esencia del sistema previsional solidario que jugaba a la lotería financiera con los aportes de los trabajadores. Esos son los que alientan al gorilismo. Los que han destruido el fervor de los primeros peronistas, que a duras penas están logrando recuperarse de la pizza con champán.

"Este peronismo mío se ha retemplado en la lucha, se alimenta de ella y se afirma en la fe. Tiene la fuerza incontenible de las causas justas. Se ha forjado en la dignificación del trabajo, en la humanización del capital, en la protección del desvalido, en la prodigiosa multiplicación de escuelas y hospitales, en la potencialidad de las fábricas, en las mejoras al obrero del campo..." (3)

¿Quién no estaría de acuerdo en dignificar el trabajo, humanizar el capital y proteger al desvalido? Yo estoy con quien quiera ponerle el hombro a esa tarea. Debe ser por eso que Diego piensa que soy peronista.

(1) Perón, Eva. Mensajes y discursos. Pág. 275. Fundación Pro Universidad de la Producción y del Trabajo. Buenos Aires, 1999.
(2) Op. Cit. Pág. 445.
(3) Op. Cit. Pág. 447.

10 de octubre de 2008

Feliz cumpleaños



Son 62 ya. Muy mal-bien-extrañamente llevados. Qué maneras más curiosas de recordar tiene uno. Anoche soñé que me decías que Dios existe y me mostrabas un paisaje maravilloso: "Este es Dios", decías y señalabas al horizonte.

Hoy viene a ser como la cuarta vez que espero
desde que sé que no vendrás más nunca.
He vuelto a ser aquel cantar del aguacero
que hizo casi legal su abrazo en tu cintura.

Y tú apareces en mi ventana,
suave y pequeña, con alas blancas.
Yo ni respiro para que duermas
y no te vayas.

Qué maneras más curiosas
de recordar tiene uno,
que maneras más curiosas:
hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo,
mariposas, mariposas
que emergieron de lo oscuro
bailarinas, silenciosas.

Tu tiempo es ahora una mariposa,
navecita blanca, delgada, nerviosa.
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo

Así eras tú en aquellas tardes divertidas,
así eras tú de furibunda compañera.
Eras como esos días en que eres la vida
y todo lo que tocas se hace primavera.
Ay, mariposa, tú eres el alma
de los guerreros que aman y cantan,
y eres el nuevo ser que se asoma por mi garganta.

6 de octubre de 2008

Lote 46




"Yo en mi pieza tengo un póster de todos ustedes", dicen que dice el Che.
La Galería Nacional de Arte de La Habana subastará LA foto de Ernesto Guevara. Esa foto que sacó Díaz Korda con la mano de Dios, que en ese momento parecía que era comunista pero después los cagó a todos.
¿Alguien tiene 5 mil euros para prestarme?

29 de septiembre de 2008

Colaborando un poco (una vida verde clarito)

Hacé como Emma y tratá de gastar poquita agua cuando te bañás.


Esto de la maternidad me pone así, un poco pesada con algunas cosas. Una de ellas es esta historia de cuidar el ambiente en que uno vive. Así nada más. Cuidarlo. Sin exageraciones de vida verde al extremo de fabricar nuestro compost y esas cosas. (Intenté lo del compost, pero mi casa no es tan grande como para destinar un rincón del patio a eso, y el olor a mierda y los insectos me desanimaron).
Emma y yo estamos ensuciando bastante con esto de los pañales descartables. Pero tenemos un análisis a favor. Con los de tela
  • Tendría que pagar más a la niñera y no puedo.
  • Gastaría cerca de un 30 por ciento más en jabón (que es contaminante también).
  • Usaría más agua en lavados frecuentes no sólo de pañales sino también de ropa, a causa de las filtraciones que los pañales de tela tienen y los descartables no. (En Tucumán lavamos con agua potable, de modo que sería todo un desperdicio).
Puesto que contaminamos con los pañales, tratamos de compensar por otro lado. He aquí algunos consejos sencillos, de buena onda para con el lugar donde vivimos.

Plásticos
En los supermercados no hay bolsas de papel disponibles para los clientes que las solicitan. (Lo he comprobado personalmente). De modo que podemos aceptar las de plástico y reutilizarlas para tirar la basura. De este modo dejamos de comprar bolsas para residuos y no ensuciamos tirando algo que podemos reusar.
A pesar de que no hay disposición separada de residuos en el municipio de San Miguel de Tucumán, hay empresas que compran los plásticos para reciclarlos. Tenemos comprovincianos que viven de juntar estos plásticos y venderlos. Les pagan por kilo. De modo que podemos embolsar por separado del resto de la basura todos los plásticos (botellas de gaseosas, envases de pvc en general). Si son contenedores de químicos (detergentes y jabones varios), tendremos la buena onda de enjuagarlos antes de embolsarlos. Si hay cerca de casa un lugar donde pasan los cargadores de plástico, los dejamos ahí.

Vidrio y pilas
Igual que con los plásticos, se venden a los recicladores. Podemos embolsarlos por separado o dejarlos en la puerta de casa si sabemos que por el barrio pasa el "botellero". A los frascos con tapa (los de mermeladas o aceitunas, por ejemplo) los podemos usar para tirar pilas usadas. Las vamos poniendo en el frasco hasta que está lleno y luego lo tapamos bien (si podemos sellar la tapa con un pegamento, mejor). Una vez que hemos llenado el frasco, lo enterramos. Así pasará un buen tiempo antes de que el vidrio se degrade y restrasaremos la contaminación por el uso de pilas, aunque no la evitaremos. Aunque lo ideal sería ir reemplazando gradualmente las que usamos habitualmente en casa (como las de los controles remoto y los relojes) por unas recargables.

Papeles y cartones
Si consumimos muchos diarios o papel de oficina, podemos juntar una buena cantidad hasta llenar unas cuantas bolsas de supermercado y dárselas a un cartonero vecino. Les sirven todos los papeles que no estén plastificados. Las tapas de algunas publicaciones y las cajas de ciertos productos pueden estar laminadas con una fina película plástica. A los cartoneros no les pagarán por ese papel, de modo que lo dispondremos con la basura común. Si ningún cartonero pasa por casa, ni tenemos un lugar cerca donde dejar el papel, simplemente lo embolsamos por separado.

Energía eléctrica
En verano en Tucumán hace mucho calor. Podemos preparar nuestra casa para consumir la menor cantidad posible de energía en ventiladores y acondicionadores de aire.
  • Buenas cortinas. Una cortina de algodón pesado que abarque no sólo la ventana sino la mayor superficie posible de la pared donde se encuentra la ventana puede ayudarnos a mantener la casa en una temperatura agradable. Tenemos que cerrarla en los horarios en los que da el sol y abrirla cuando empieza "la fresca" (así le dicen por aquí al atardecer). Seguramente recordamos cuando éramos chicos y a cierta hora de la mañana la abuela clausuraba la casa y recién abría todas las puertas y ventanas a la puesta del sol. Un lienzo de algodón pesado sin teñir (de color natural) cuesta alrededor de 22 pesos el metro por dos de ancho.
  • Galerías. Si te da el presupuesto, rodear la casa de galerías evitará que el sol caliente directamente las paredes.
  • Plantas. En Tucumán no es muy difícil hacer crecer una planta (las adecuadas para nuestro clima, claro. Mi abuela Tona tenía una violeta de los alpes que pasaba seis meses del año agonizando en el pasillo). Árboles como el mango, el mandarino, o el palto tienen muy buen follaje, crecen rápido y protegen nuestra casa del mal clima. Eso sí, requieren cierto esfuerzo cuando crecen porque hay que limpiar los desagües de los techos que se llenan de hojas, pero es algo que deberíamos hacer de todos modos.
  • Pisos de cerámico. Las baldosas tradicionales retienen menos el calor que los pisos plásticos y de madera y requieren de menos productos químicos para su limpieza y mantenimiento.
  • Ventiladores pequeños. Consumen menos energía y no necesitamos uno que nos haga temblar la cara.
En cuanto a la heladera, abrir la puerta y sacar todo de una vez en lugar de abrir y cerrar a cada momento ayuda a conservar el frío y a gastar menos energía. Es mejor tener una sola heladera grandota que una heladera mediana y un congelador aparte.
Cambiar gradualmente todas las bombitas de luz por unas de bajo consumo también sirve. Cuando hayas llegado a la mitad del cambio en tu casa, notarás la diferencia en la factura de la empresa de electricidad.
Apagá las luces que no estés usando.
Si estás bajando archivos de internet, pero no estás usando la computadora para otra cosa, apagá el monitor. Lo mismo con la impresora. Apagala en cuanto termines de usarla.
En cuanto a las computadoras portátiles, no las uses enchufadas. Cargá la batería y agotala y volvé a cargar después.
Si estás escuchando la radio, es muy probable que no estés viendo tele y viceversa. Apagá uno de los dos aparatos.
Si hay más de una tele en la casa, traten de ponerse de acuerdo para ver lo mismo, manga de antisociales.
Tratá de que tu hijo no pase mucho tiempo mirando tele. Ofrecele una horita de actividad alternativa tipo ayudarte a limpiar el jardín (son unos cuantos voltios menos). Cualquier otra cosa que implique ensuciarse mucho seguro que le interesará más que la tele.
Los cargadores de pilas y baterías consumen bastante. En cuanto estén cargadas, desenchufalos.
Lustradoras de pisos: no las uses. Nadie mira si tu piso brilla como un espejo.
Compresores de agua: lavá el auto con una esponja y un balde con agua, ocioso.
Planchá toda la ropa de una sola vez, en lugar de unas pocas prendas cada día. Humedecé apenas las prendas de algodón para plancharlas más rápido. Con el calor de la plancha apagada, planchá las prendas de poliéster y de seda.
Usá los ciclos de lavado corto del lavarropas automático. Es suficiente a menos que te hayas revolcado en una pila de barro y pasto.

Insecticidas
Por estos lares, los mosquitos son una verdadera tortura de verano. Poné mosquiteros en puertas y ventanas (son muy baratos y los venden en casi todos los corralones de aberturas. También los hacen a medida).
Repasá los pisos con un trapo o un lampazo ("el mechudo", le dice mi abuela) embebido en un poquito de querosén o aceite de citronela. Es casi mágico: los mosquitos y las moscas huyen.
Si usás floreros, cambiá el agua cada dos días. No dejes que se junte y se estanque el agua en ningún lugar, así los mosquitos no tendrán dónde poner los huevos.
Si tenés una piscina o una pileta de lona, mandá a los chicos a chapotear una vez al día, así no se estanca el agua.
Instruí a tus mascotas para dejar en paz los sapitos del jardín. Son una gran colaboración antiinsectos. Lo mismo con las arañitas (las que viven afuera, claro).
Ahuyentá los bichos de tus plantas con una tintura de alcohol y hojas de tabaco o de alcohol y cuasia amara (venden las hojas en cualquier herboristería). La solución de cuasia también mata piojos sin producir alergias.

Agua
No llenes la bañera (al menos no a cada rato). Usá la ducha por un período razonable de tiempo. Si tenés el pelo largo, lavalo aparte.
A la hora de lavar los platos, sacá primero todos los restos de comida. Jaboná todos juntos y recién abrí el grifo para enjuagarlos.
Usá el ciclo corto de lavado en el lavarropas automático.
Cuando te laves los dientes, abrí el grifo sólo a la hora de enjuagarte la boca.
Cuando bañes a las mascotas, tampoco tengas el grifo abierto todo el tiempo. Gastás agua y se ponen más nerviosos.
Si tenés una piscina o una pileta de lona, tratá de mantener el agua limpia el mayor tiempo posible y cambiala sólo por fracciones.

Combustibles
Ya sé que el transporte público en Tucumán es un desastre. Pero usalo siempre que puedas. Usar un auto para vos solo es un gasto grande de combustible. Y si trabajás en el centro, seguro que también gastás en estacionamiento. También podés arreglar con tus vecinos para compartir un auto o un taxi.
Si te da el cuero, tenés onda y no necesitás ir super trajeado al laburo, comprá un casco y desempolvá la bici. Estacionarla cuesta entre $0,50 y $1 en las guarderías de autos del centro.
Si no estás demasiado lejos de tu destino, caminá. Podés hacer 20 cuadras en pocos minutos y sin sufrir un síncope.

Seguro hay muchas más cosas que uno puede hacer. Estas son algunas de las que recuerdo entre las que practico. ¿Se prenden ustedes también?

22 de septiembre de 2008

Paso a paso, cómo hacer un blog




En los cursos sobre blogs de la Fundación Generación Libre he notado que quienes no son usuarios habituales de internet tienen cierta dificultad a la hora de entender esta historia de los dominios y el alojamiento de dominios.
Mi participación como tutora en FGL y las urgencias de mis amigas docentes me han obligado a pensar las cosas de manera sencilla y low tech para poder explicarlas del mismo modo. Incluso la Pelada me ha torturado exigiendo tutoriales por mensajes de texto. De modo que he desarrollado el don sobrenatural de explicar en 140 caracteres qué es un blog, cómo suscribirse a un contador de estadísticas o la diferencia entre la pestaña visual y la de código.
Voy a usar entonces mis superpoderes hoy para hablar acerca de los dominios y los alojamientos. Mi esfuerzo estará orientado a quienes quieran iniciar un blog en Blogger. Ya sé, parece ridículo intentar explicar, en internet, algo para quienes no son usuarios habituales de internet. Pero mi intención es ayudar a través de este post a gente como la Pelada, que muchas veces tiene que dar clases sobre nuevas tecnologías en lugares donde el acceso a ellas es limitado. Ella sabrá difundir esto entre sus alumnos. Aquí va.

¿Qué demonios es un dominio?
Cuando vamos a comprar una casa, un terreno o un bien inmueble cualquiera, adquirimos un dominio. El espacio virtual se parece en esto bastante al espacio físico o "real" (vamos a llamarle real a los fines prácticos, aunque el mundo en la red me parece a mí bastante real, ¿y a ustedes?). Para irse a vivir a la red, uno necesita un lugar donde hacerlo. Uno necesita entonces, un dominio.
Del mismo modo que en el mundo físico, en la red podemos comprar, alquilar o pedir prestado un lugar donde alojarnos con nuestras cosas.
Si vamos a vivir en la Argentina, la Cancillería nos dará una prefabricada puntocompuntoar (www.nuestraprefabricada.com.ar).
Además, hay otras terminaciones de dominios puntoar. Se llaman subdominios. Veamos que dice la Cancillería de esto:

  • Podrán registrar nombres dentro del subdominio .com.ar cualquier persona física o jurídica argentina o extranjera.
  • Sólo podrán registrar nombres dentro del subdominio .org.ar las entidades que sean organizaciones sin fines de lucro argentinas o extranjeras. No podrán registrar nombres debajo del .org.ar las personas físicas por más que la actividad que las mismas desempeñen carezcan de fines de lucro.
  • Sólo podrán registrar nombres dentro del subdominio .gov.ar las entidades que pertenezcan al Gobierno Nacional o Provincial de la República Argentina que cumplan con lo establecido en la "Normativa Vigente".
  • Sólo podrán registrar nombres dentro del subdominio .mil.ar las entidades que pertenezcan a las Fuerzas Armadas de la República Argentina que cumplan con lo establecido en la "Normativa Vigente".
  • Sólo podrán registrar nombres dentro del subdominio .net.ar las entidades argentinas o extranjeras que sean proveedoras de servicios de Internet y tengan licencia de la Comisión Nacional de Comunicaciones para prestar servicios de valor agregado en la República Argentina.
  • Sólo podrán registrar nombres dentro del subdominio .int.ar las entidades que sean Representaciones Extranjeras u Organismos Internacionales con sede en la República Argentina.
  • Sólo podrán registrar nombres dentro del subdominio .tur.ar las empresas de viajes y turismo que se encuentren habilitadas por la Secretaría de Turismo de la Nación para funcionar como agentes de viajes atento lo estipulado por la normativa vigente.
En fin, volvamos a lo nuestro. Si queremos nuestra prefabricada en la red, sólo hay que completar un formulario de solicitud para obtenerla y ya.
Una vez que tenemos la casita prefabricada, necesitamos un lugar donde ponerla. Un terreno. Podemos comprarlo. En ese caso adquirimos un servidor (unos 700 pesos mensuales). O podemos alquilarlo. En este último caso, pagamos un alojamiento a un servidor de alojamientos (unos 25 pesos mensuales, para los que no tienen demasiadas pretensiones).
Si no tenemos plata para alquilar o comprar pero tampoco queremos vivir en la marginalidad virtual, podemos pedir prestado.

Blogger
Blogger es uno de los muchos alojamientos gratuitos para blogs que existen en internet. Para obtener un espacio donde vivir gratis en la red, tenemos que pedirlo. ¿Dónde? ¿A quién? Les mostraré ahora cómo pedírselo a Blogger, pero para los demás espacios es más o menos lo mismo.
Primero tenemos que crear una cuenta en Gmail. ¿Por qué? Porque Blogger es una empresa del conglomerado Google, junto con Gmail, Picasa y otras más. Una vez que tenemos una cuenta Gmail, podemos acceder a muchos servicios gratuitos de Google. Entre esos servicios, está el alojamiento para nuestro blog en Blogger.
Vamos entonces a crear nuestra cuenta Gmail para tener acceso a Blogger.
Primero entramos en http://www.gmail.com
Ahora pinchamos en donde dice "Apúntate a Gmail" y llenamos el formulario.
El formulario nos pedirá un nombre para nuestra cuenta. En mi caso, el nombre de mi cuenta es mi nombre más mi apellido. Están separados por un punto: mariana.nofal@gmail.com.
Debajo del nombre de registro, hay un botón que dice "comprobar la disponibilidad".

Cuando pinchamos en ese botón, el sistema nos dice si alguien más en el planeta está usando ese nombre de registro. Digamos que hay unas 10 marianas nofal en el mundo y que alguna está usando el mismo nombre que quiero usar yo. Tendré que elegir una forma diferente (mariananofal; mnofal; marianofal etc.) hasta que el botón me diga que el nombre que quiero usar está disponible.

Ahora sólo debo terminar de completar el formulario y listo, ya tengo cuenta de Gmail.
Con esa identidad virtual (un DNI o pasaporte para el mundo Google) que acabo de obtener, voy a pedir que me den un alojamiento en Blogger.
Para eso tengo que entrar en http://www.blogger.com


Voy a poner mi nombre (el de mi cuenta de Gmail) y mi contraseña en los casilleros de arriba y después pincharé sobre el botón "acceder".
Después de eso aparecerá un formulario muy parecido al de mi cuenta de correo electrónico. Tengo que llenarlo también


Después pincharé en "continuar".


Ahora debo ponerle un título a mi blog en el casillero correspondiente. El de mi blog es Los dos gallos. En el casillero siguiente debo elegir una dirección para mi blog. Del mismo modo que en el caso del correo electrónico, tengo que comprobar la disponibilidad de esa dirección. Es decir, me tengo que asegurar de que otra persona no esté usando ya esa dirección. En el caso de mi blog, el nombre (Los dos gallos) y la dirección (http://losdosgallos.blogspot.com) coinciden. Pero no necesariamente tiene que ser así. El blog de Diego se llama "Violencia es mentir" y su dirección es http://turconofal.blogspot.com.

¿Por qué la dirección de mi blog no es .com.ar?
La dirección de Diego podría ser www.turconofal.com.ar. Pero para eso, él tendría que haber pedido una prefabricada en la Cancillería (www.turconofal.com.ar) y después pagar un terrenito para ponerla ahí (un alojamiento).
Pero él prefirió pedirle un espacio gratis a Google. Google entonces le cedió un espacio gratis dentro de uno de sus edificios: Blogger. Entonces, Diego y su blog viven en el departamento turconofal, dentro del edificio blogspot.com. Por eso su dirección es http://turconofal.blogspot.com.

¿Y qué es http://?
Http es la sigla de "protocolo de transferencia de hipertexto". Para no poner esto ya más largo de lo que es (LamarK debe haber abandonado la lectura hace rato), no voy a dar demasiados detalles sobre el asunto, pero trataré de decir algo mejor que "es algo que no nos importa demasiado por el momento" (aunque es cierto, no nos importa demasiado por el momento. Ya habrá tiempo para ponerse freaky).
Esa sigla con los dos puntos y las barras le avisa al navegador en idioma navegador a dónde queremos ir. Para que tengan una idea (muy extraña, pero una idea al fin), es como si todos los taxistas del mundo hablaran sólo en idioma taxi. Entonces, cada vez que subimos a un taxi, tenemos que decirle en su idioma al chofer a dónde vamos. Si tuviéramos un Protocolo de Transferencia de Idioma Taxi, podríamos usar un auto con chofer en cualquier lugar del mundo.

¿Y qué es el navegador?
El navegador es eso que se abre cuando pinchamos sobre el ícono de Explorer o de Mozilla. Es el ómnibus (o el taxi, para los que prefieren viajar siempre sentados) que nos lleva por todos los dominios de la web. Sólo tenemos que poner en el renglón finito de arriba la dirección a donde vamos y el navegador nos llevará. Por ejemplo, para entrar a este blog, tienen que escribir http://losdosgallos.blogspot.com

Ya los aburrí demasiado
Así que me voy. Espero que les sirvan estas raras comparaciones y que puedan usarlas.

Nuevas tecnologías y buenos modales




Cada vez que se incorpora a una sociedad un elemento cultural nuevo surge una norma (escrita o no) sobre su uso. Generalmente, estas normas se van construyendo sobre la habitualidad y el sentido común.
Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación tienen actualmente una difusión masiva. Mucha gente tiene acceso a la adquisición de herramientas tecnológicas y disfruta de su uso.
Y así como hubo que adquirir buenos hábitos de uso para las servilletas, hace poco menos de 5 siglos, cuando se empezaron a poner en las mesas, HAY QUE DESARROLLAR BUENOS MODALES EN EL USO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS.

No quiero escucharte ¡#! (auriculares 1)
Una tortura frecuente para los usuarios de ómnibus son los adolescentes y púberes con celulares que reproducen música. Estos chicos suben al ómnibus, encienden el teléfono y le suben el volumen para que todos los pasajeros podamos sufrir en comunidad un espantoso viaje oyendo cosas de mala calidad y mal ecualizadas.
Los padres del pejerto en cuestión debieran decirle que compre unos auriculares. O llevarlo en su propio auto para que no tengamos que aguantarlo nosotros.
EL SENTIDO COMÚN Y LOS BUENOS MODOS indican que la música o cualquier sonido reproducido en forma deliberada a un volumen muy alto invaden el espacio personal de los otros. De este modo, las personas afectadas están obligadas a escuchar algo que no quieren.

No quiero escucharte ¡#! (tu privacidad tiene que ser privada)
La semana pasada (también en el ómnibus), una señora atendió su teléfono celular. Los vehículos del transporte público en Tucumán están lejos de ser confortables y silenciosos. De modo que para hablar por teléfono dentro del coletivo hay que gritar. La señora en cuestión atendió la llamada y todos los presentes pudimos enterarnos de que su hermana está bien, pero dolorida, porque tiene una infección en la herida y le supura a través de los puntos y lo que sale de ahí huele tan mal que hubo que poner sahumerios en el cuarto. Del mismo modo en que ustedes no quieren saber de este asunto, tampoco yo quería. La mujer pasó unos 15 minutos hablando de estas asquerosidades a los gritos frente a una audiencia de cerca de 40 personas.
EL SENTIDO COMÚN Y LOS BUENOS MODOS indican que si uno tiene que gritar para atender el teléfono (porque las condiciones ambientales así lo requieren) lo mejor es decirle a nuestro interlocutor que lo llamaremos luego, a menos que se trate de una urgencia. Del mismo modo, si estamos con otras personas y nos hacen una llamada urgente al celular, tenemos que disculparnos y apartarnos del grupo para atender de la forma más privada posible. De otro modo, le pedimos a la otra persona que nos llame en otro momento.

No quiero escucharte ¡#! (auriculares 2)
Los reproductores de música se usan mucho también en estos días. Casi tanto como los celulares. En mi caso, he pasado por todos los reproductores portátiles de música desde los de cassette hasta los de MP3. Quizá por el largo entrenamiento, he aprendido a ser lo menos grosera posible en el uso de los auriculares. Si alguien se dirige a mí en la calle, aunque sea para preguntarme la hora, me destapo los oídos en señal de atención. Lo mismo hago cuando entro a cualquier sitio a comprar algo, cuando me dirijo a un mozo en el bar o al chofer de un taxi dentro de su auto. Tener los auriculares puestos es una excusa para hacerse el tonto. Pero eso no quiere decir que sea correcto ignorar a todo el mundo por un par de lindas canciones. El portátil es un entretenimiento piola para matar los minutos en el transporte público o en largas caminatas. Si querés escuchar música sin que nadie te moleste, encerrate en tu casa.

Extrañados
Imagínense la siguiente escena: hora del almuerzo en casa; tele encendida; cada uno con su celular encendido sobre la mesa; alguno con los auriculares puestos escuchando la radio; algún otro con la laptop abierta, revisando mensajes. Feo, ¿cierto? He visto gente en los bares tratando de conversar, de comunicarse unos con otros. Pero todo el tiempo estaban esforzándose por sortear el obstáculo de sus tecnoaparatos. No se los imaginan apagados y guardados mientras duran los 15 minutos del café con el amigo.

Desenchufados
Está bueno desenchufarse en casa en los momentos de comunidad (las comidas familiares, la cervecita de verano en el patio). Deberíamos poder hacer eso sin sufrir pensando en las llamadas perdidas o en nuestro retrato marcado con una cruz en los mensajeros instantáneos.
Durante el día laboral estamos todos enchufados. Las nuevas tecnologías nos ayudan, nos sirven para un montón de cosas. Deberíamos poder disfrutarlas sin andar pisándonos los cables.

19 de septiembre de 2008

FGL en Villa Carmela

De Los dos gallos




Hoy dimos la primera etapa del curso de blogs en el Centro Cultural de la Comuna de Cebil Redondo (Villa Carmela).
Fue lindo volver a esa ciudad, encontrar a las chicas, caras familiares y jardines repletos de flores.
Fue lindo también ver la antes semiderruida cancha de basquet convertida en centro cultural.
A la tarde, a la hora de la práctica, se cayó la torre de la antena (recién en esta semana llega el adsl a la comuna) y no pudimos armar los blogs. Fue un poco triste, porque cortó el entusiasmo con que venía el grupo. En el almuerzo todos hablaban acerca del nombre que le pondrían a su blog y de las cosas que subirían a la red (fotos, links a programas sociales, videos).
De todos modos ya se está organizando la práctica para otro día, y será una buena excusa para cruzar las fincas por la ruta 315 y tomar mates dulces con Nancy y Walter. O pasar el rato fumando un pucho con Laiza.

9 de septiembre de 2008

BUSCAMOS A YACO




Se perdió el 4 de septiembre en el barrio O'Connor.
Es un pastor alemán joven.
Gratificaremos su devolución o datos certeros que nos ayuden a encontrarlo.
Ayudanos. Si sabés algo llamá al 434 4545
Lo extrañamos y él extraña su casa y su familia.

5 de agosto de 2008

Ricardito busca roña. Y yo le daréeee, le daré una cosaaaa




Ricardo Bussi, quien durante muchos años fue Ricardito Bigoglio (usaba el apellido de su fea madre por temor a que lo mataran en la escuela en venganza por su feo padre), se pasó de piola esta mañana en el programa de televisión del multiinformativo Los Primeros, (Canal 10, de lunes a viernes de 6.30 a 9.30).
Cuando el conductor Omar Nóblega le preguntó cómo estaba su padre, Ricardito respondió que estaba "deprimido" porque llevaba cinco años "injustamente privado de la libertad". Hasta ahí yo seguía tomando mate y hojeando los diarios, pensando en mejor no mirar al feo hombrecito defender a papi en la tevé.
Juro que abandoné toda tarea cuando empezó a rezar un rosario de basura al mejor estilo de los chicos de primaria que van perdiendo la pelea.
Dijo que el juicio oral y público a su padre por la desaparición forzada de Guillermo Vargas Aignasse era "un circo" y "una payasada".
Dijo que la esposa del desaparecido formó pareja de inmediato con "el Mayor Chávez, un militar que crió a Gerónimo Vargas Aignasse" (hijo del desaparecido, diputado nacional).
Dijo que en razón de eso debería investigarse la desaparición como "un crimen pasional". "¿Por qué no investigamos todas las hipótesis, por qué machaconamente insistimos en acusar a Bussi?", esputó el hombrecillo.
Dijo que Guillermo Vargas Aignasse "era colaborador de los militares" y que
"incluso hay carpetas que la propia señora le llevaba al lugar de detención a Vargas Aignasse que contenían nombres y domicilios".
Dijo que tenía "miedo" de que hubiera problemas en las puertas de los Tribunales Federales.
"Esta gente que supuestamente defiende los derechos humanos es gente muy violenta, del grupo HIJOS, del grupo Quebracho... grupos de activistas que van mudando de provincia en provincia buscando revuelta, buscando problemas".
Dijo que la orden de reprimir a los subversivos fue dada por Isabel Perón que ahora vive como millonaria en las playas de España con la plata de los argentinos.
Dijo: "¿Hay que ser peronista para no ir a juicio?".
Ricardito (al diminutivo se lo dijo papi delante de la prensa hace muchos años, cuando golpeaba a Tucumán la Fuerza Republicana) busca roña. Si lo hubiesen escuchado quienes estaban en la puerta de los tribunales manifestando, lo habrían recibido por lo menos con un par de huevos podridos y uno que otro justificado mandoble. Quiere ensuciar el proceso judicial, hacer ver a los reclamantes como bárbaros.
Estoy viendo el juicio en vivo por Canal 10 mientras escribo esto. El viejo se durmió con la boca abierta mientras leían los cargos. Casi se le piantan los dientes de plástico. El anciano general está decrépito, débil, dependiente. De seguro necesita ayuda hasta para ir al baño.
  • Espero que viva mucho tiempo más así, necesitado.
  • Espero que vaya a parar a Villa Urquiza a una celda común. Nada de arresto domiciliario en Yerba Buena.
  • Espero que podamos verlo decaer, que su miseria sea pública, que se le niegue el pudor y no pueda ocultar la desdicha en la que va a tener que vivir.
Espero que Ricardito se dé cuenta de que es esto lo que consigue buscando roña: roña.
Mis tres deseos valen por maldición de bruja. Bruja mala.
Los otros (esos contra los que los Bussi se despachan a cada rato) sólo pidieron, con sobriedad y templanza, juicio y castigo.

30 de julio de 2008

Hablado en mejicano





Fui a ver Get Smart (el Super Agente 86, le decimos en el barrio). Sin ninguna advertencia del cine, la pasaron "hablada en castellano". Que es más bien en mejicano, porque el doblaje no es argentino. Capaz que es en colombiano o ecuatoriano, vaya uno a saber. El caso es que siempre me molestaron los doblajes. En este caso, me perdí los gags originales del texto en la película y no entendí un carajo de los gags supuestamente regionales.
Hay toda una movida con lo de "latinoamericanizar" ciertos productos culturales como el cine y la tv. Y ese "latinoamericanizar" consiste básicamente en desargentinizar algunas cosas.
Soy (y aquí viene una terrible confesión) consumidora del canal Utilísima. Puede que por la carga cultural que me toca (mujer argentina) o puede ser por simple admiración de la gente que hace una mesita, dos sillas y un loro parlanchín con un poco de cartón dos pinceles y un litro de témpera. En fin, de un tiempo a esta parte, a Utilísima le ha dado por venderse fuera de la Argentina. Para acaparar público o porque la tonada (básicamente porteña) no cae bien cruzando las fronteras, las conductoras de los programas hablan en lo que se ha dado en llamar "neutro". Que viene a ser una imitación del acento de los doblajes. Entonces tenemos un montonazo de mujeres que hacen maravillas con su costurero y su colección de cola vinílica en colores hablando de "tú". He dejado de ver el canal porque la verdad que este requerimiento "neutralizante" del lenguaje me resulta bastante chocante.
Ya tengo suficiente con las películas animadas que en el cine sólo se pasan dobladas, con Homero diciendo "anda a la osa" y con el Super Agente de Mel Brooks diciendo "chiquito" como para que, encima, mis vicios de televisión basura se vean invadidos por esta suerte de extranjerización de los usos de la lengua.
Shrek (la segunda parte), que en los DVD's que venden por aquí sólo se consigue doblada al mejicano, pierde la gracia de su acento irlandés y el burro diciendo "ándale" o "¿me vas a ievar?"
Es casi tan molesto como escuchar a los locutores y conductores de tevé tucumanos diciendo "arrrrriba", con r rodante en lugar de nuestra sibilante y norteña r arrastrada. Claro que para conseguir el carnet de "locutor nacional", un requerimiento de examen es la r sureña. Me lleva el chanfle.

29 de julio de 2008

Estrenando plantilla

Ahora es a tres columnas. Todavía no sé para qué carajos pero buéh. Ya veremos qué pasa. Todavía tengo que hacer algunos ajustes pero soy un horror con el código. Creo que irá bien. Espero que así sea. Hasta mañana.

15 de julio de 2008

Anónimo: ¡hacete un blog!




Desde hace tiempo el asunto de la identidad en la red me da vueltas en la cabeza. Hice un esbozo sobre el asunto en Identidad blogger, un post bastante pobre en relación con el tamaño de la cuestión y con todas sus implicancias.
En mi recorrido por los blogs he encontrado algunos que rechazan los comentarios anónimos y otros que fuerzan al usuario a identificarse, como una forma de reconocer a la persona que opina y ponerla en el contexto de la red social a la que pertenece. En la red he encontrado también que muchos diarios permiten los comentarios anónimos de los lectores de sus ediciones electrónicas, a pesar de que solicitan la "debida identificación", con presentación de documento de identidad, de quienes aspiran a que se publique su carta al director. Este último asunto se trató en uno de los foros de Periodismo 2.0, un grupo de Facebook que creó Julio Coronel.
Este post pretende darle un par de vueltas más al asunto y responder a algunos de los muchos (demasiados, para mi gusto) comentarios anónimos (casi todos desagradables, por cierto) que han dejado en Los dos gallos. Ah, y quisiera también hacer una invitación a Anónimo: hacete un blog. Dicho así no suena tan insultante como en los pagos de mi amiga Jaime. Mi verdadera intención es que la semiosis sea más parecida a Get a blog! como un gringuísimo "andá a escribir allá...". Pero como en castellano no suena así, es que hago esta larga y tonta aclaración.

Anónimo, sos un ciudadano digital marginal
A pesar de la intensa presencia de Anónimo en todos lados, incluso en la versión digital de diarios de mucha tirada, entiendo que es oportuno aclararle a este colectivo de habladores sin boca propia, que la falta de identidad es marginalidad.
Anónimo a veces piensa que, al identificarse como un sin nombre toma el título de representante de las masas, del bien común. Cree que habla por boca de todos (no de todos los que piensan como él, sino de todos). Bueno, don sin nombre, las cosas no funcionan así. Uno habla por sí mismo y otras personas deciden si están o no de acuerdo. Claro que primero hay que tener una opinión personal, nominal, y después estar dispuesto a compartirla.
Anónimo otras veces piensa que esconder su nombre lo pone a salvo de las consecuencias de sus palabras. Es por eso que generalmente se borra el nombre para poder insultar a su gusto, para hablar macanas. Me imagino a Anónimo sonriendo frente al monitor una vez que sus comentarios se han publicado. Regodeándose por el supuesto deber cumplido, el de decir lo que "otros" no dicen. A veces se excusa diciendo que teme por su integridad, que no puede dar su nombre para evitar las persecuciones de los poderosos. La verdad es que hasta la Real Academia reconoce a Anónimo como un cobarde, que tira la piedra y esconde la mano.
Anónimo, además, es un marginal voluntario y vocacional. Un okupa de los blogs de otros. Un homeless de la participación en red. No tiene blog, ni diario, ni programa de radio y no debe tenerlos hasta estar dispuesto a ponerle la firma.

Identifíquese
¿Por qué Anónimo no debiera tener un blog? Porque para construir un espacio propio primero hay que reconocerse. Hay que admitir lo que uno es, asumir que hay un contexto al que uno pertenece, una historia que a uno lo acompaña. Si todo eso nos avergüenza, nos parece digno de ser ocultado, entonces tenemos muchos problemas para resolver antes de empezar a opinar por ahí sin ton ni son, escribiendo en las paredes de la casa de otro.
Si Anónimo no sabe quién es, si no le gusta lo que es o si no está dispuesto a asumirlo, ¿por qué habría de interesarnos lo que tiene para decir?
Si Anónimo decide dejar de okupar los comentarios y se hace un blog, va a dejar la marginalidad para incluirse en su red social y pasar a ser bloguero.

Anónimo y Seudónimo
Muchas veces Seudónimo es una versión un poco más elaborada de Anónimo. Otras veces (como bien me ha hecho notar mi amigo Gustavo cuando escribí sobre Identidad blogger), el seudónimo es un escudo contra la discriminación.
El segundo caso no debiera existir. ¿Por qué alguien, en 2008, tiene que temer una condena social por su condición sexual; por su proveniencia social; por su religión; por su aspecto físico; por sus características étnicas; por su oficio; por su vestimenta?
Honestamente creo que, los seudonimados que temen a la discriminación deben ser alentados a asumir y sostener su identidad. Y una buena forma de hacerlo es asegurándonos de que los Anónimos no atacarán en la web a los miembros de grupos sociales en desventaja. Para eso no tiene que haber Anónimos.
George Sand empezó usando un seudónimo para poder publicar sus escritos. Más tarde se travistió también para poder frecuentar lugares vedados a las mujeres de su clase. Finalmente, expuso su oficio de escritora, su hábito de fumar tabaco y su travestismo como un modo de obligar a los demás a notar que la condena social no la haría cambiar de costumbres. Quienes querían molestarla terminaban siendo apabullados por una mujer que se sostenía en sus trece, incomodando a pacatos y conservadores.
Vamos, Seudónimo por discriminación, ponele la firma que yo te banco en tu derecho de ser lo que te tocó, lo que querés, lo que te va y lo que te gusta. Sé que no es fácil y que es probable que no te alcance ni ahí con mi voto de confianza. Pero ¿y si se suman millones de otros blogueros? ¿Te animarías?

Los que curran con Anónimo
(La cosa ha ido para largo y LamarK de seguro se enculó y abandonó la lectura hace rato. Estoy de acuerdo en que los posts deben ser breves. Pero no me sale. Así es con la verborragia y qué se le va a hacer).
¿Por qué existe Anónimo, además de por su vocación de garbanzo en almacén de turco?
Porque hay una comunidad de Anónimos en donde cada uno compra lo que el otro vende. Un buen ejemplo de esto es el blog la ga "z" de tucuman (textual). La página que se inició con la pretensión de ser una crítica del diario de más venta en la provincia, tiene más éxito en los comentarios de Anónimo y Seudónimo que en sus posts. Desde allí se puede acceder a otros blogs de la comunidad de anónimos. Seguramente ustedes tienen otras direcciones de la web parecidas a la que cito aquí.

Finíshela
Uno tienen la identidad que le asignan su origen y su inserción ciudadana, que es la del DNI, la del nombre que eligieron papá y mamá. Y tiene además la que construye viviendo, haciendo algunas cosas y dejando de hacer otras. A veces estas construcciones que hacemos son concientes y nos ponemos ex profeso estas ropas, esas joyas y aquellos sombreros. Otras veces son inconcientes o escapan a nuestra voluntad y nos salen granitos en la cara o se nos desarma el peinado.
Lo importante es hacerse cargo de lo que uno es. Nuestras opiniones no tienen valor si no son nuestras. El traje de Anónimo no es el de la construcción colectiva. Es el de la falta de participación ciudadana. El del quejoso que se sienta en la tribuna a mirar cómo otros juegan y a decir siempre que lo hacen mal.


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