17 de diciembre de 2008
Entregas de fin de año Vol 01
Tras haber abandonado periódicamente este blog a lo largo del año, me he empeñado en publicar a diario hasta el último día de 2008 estas "entregas de fin de año". Tratándose de mí y de un producto de mis entrañas virtuales, es de esperar que haya una alta dosis de catalogables en Mala Onda. He aquí el primer escrito.
Una de las cosas que me sorprendió un fin de semana cervecero fue el suicidio público y escandaloso de Mario "El Malevo" Ferreyra. No me sorprende que muchos hayan encontrado la veta de este personaje de poca monta, más rápido alentando el show que desenfundando el cuchillo. Lo que me sorprende es que algunos se hayan comprado esto del héroe popular, el bizarro malvado querible del pago chico.
No voy a mentir, no me molesta particularmente que sea un asesino. No tengo esta cosa moral sobre el asesinato y el homicidio como pecados imperdonables. En el caso de matar a otro (humano, animal, planta), para mí lo que importa son los modales.
Este tipo se hacía el machito con gente apaleada y atada. Los ejecutaba. Una ejecución no es un homicidio respetable. Darse palos de hombre a hombre es otra cosa. Pero eso era algo que Ferreyra no estaba en condiciones de hacer. Digo, él muy hombrecito no era. Está claro eso desde que se mató. No iba a aguantar que lo acusaran públicamente de haber perseguido, torturado y matado. Le iban a tirar la imagen de héroe justiciero al carajo. En los medios nacionales iba a pasar a ser de gallito popular a otro escrachado monstruo de la dictadura. ¿Qué iba a decir a sus fanáticos? ¿Cómo iba a salir en cámara con el sombrero raído, la camisa negra manchada por los escupitajos de las Madres?
Encima ni siquiera estando formalmente dentro del gobierno represor. El tipo era un parapolicial. Un exterminador vocacional. Uno que soñaba con la gloria del caño caliente en la cintura. Una prótesis calibre 45 de la carne que le faltó (¿Adelante? ¿Atrás? Quién sabe. Salir del placard con patillas y bigotes debe ser bien difícil. Me imagino la posibilidad de quedar atorado en la puerta para siempre)
Cuando se mató me acordé de la Nina. Seguro está celebrando. Una mierda menos en el planeta de Emma. Yo también festejo: a su salud, doctora Vermal.
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1 comentario:
Toda la vida lo dije, el único tiroteo que ganó fue contra tres tipos esposados y de espalda. Fue tan cagón que no fue a pelaear al monte contra el ERP de Roby, se quedó en la city a secuestrar pibes de la facultad, es, fue y siempre será un cagón. Salú por la Nina
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