Esto de la maternidad me pone así, un poco pesada con algunas cosas. Una de ellas es esta historia de cuidar el ambiente en que uno vive. Así nada más. Cuidarlo. Sin exageraciones de vida verde al extremo de fabricar nuestro compost y esas cosas. (Intenté lo del compost, pero mi casa no es tan grande como para destinar un rincón del patio a eso, y el olor a mierda y los insectos me desanimaron).
Emma y yo estamos ensuciando bastante con esto de los pañales descartables. Pero tenemos un análisis a favor. Con los de tela
- Tendría que pagar más a la niñera y no puedo.
- Gastaría cerca de un 30 por ciento más en jabón (que es contaminante también).
- Usaría más agua en lavados frecuentes no sólo de pañales sino también de ropa, a causa de las filtraciones que los pañales de tela tienen y los descartables no. (En Tucumán lavamos con agua potable, de modo que sería todo un desperdicio).
Plásticos
En los supermercados no hay bolsas de papel disponibles para los clientes que las solicitan. (Lo he comprobado personalmente). De modo que podemos aceptar las de plástico y reutilizarlas para tirar la basura. De este modo dejamos de comprar bolsas para residuos y no ensuciamos tirando algo que podemos reusar.
A pesar de que no hay disposición separada de residuos en el municipio de San Miguel de Tucumán, hay empresas que compran los plásticos para reciclarlos. Tenemos comprovincianos que viven de juntar estos plásticos y venderlos. Les pagan por kilo. De modo que podemos embolsar por separado del resto de la basura todos los plásticos (botellas de gaseosas, envases de pvc en general). Si son contenedores de químicos (detergentes y jabones varios), tendremos la buena onda de enjuagarlos antes de embolsarlos. Si hay cerca de casa un lugar donde pasan los cargadores de plástico, los dejamos ahí.
Vidrio y pilas
Igual que con los plásticos, se venden a los recicladores. Podemos embolsarlos por separado o dejarlos en la puerta de casa si sabemos que por el barrio pasa el "botellero". A los frascos con tapa (los de mermeladas o aceitunas, por ejemplo) los podemos usar para tirar pilas usadas. Las vamos poniendo en el frasco hasta que está lleno y luego lo tapamos bien (si podemos sellar la tapa con un pegamento, mejor). Una vez que hemos llenado el frasco, lo enterramos. Así pasará un buen tiempo antes de que el vidrio se degrade y restrasaremos la contaminación por el uso de pilas, aunque no la evitaremos. Aunque lo ideal sería ir reemplazando gradualmente las que usamos habitualmente en casa (como las de los controles remoto y los relojes) por unas recargables.
Papeles y cartones
Si consumimos muchos diarios o papel de oficina, podemos juntar una buena cantidad hasta llenar unas cuantas bolsas de supermercado y dárselas a un cartonero vecino. Les sirven todos los papeles que no estén plastificados. Las tapas de algunas publicaciones y las cajas de ciertos productos pueden estar laminadas con una fina película plástica. A los cartoneros no les pagarán por ese papel, de modo que lo dispondremos con la basura común. Si ningún cartonero pasa por casa, ni tenemos un lugar cerca donde dejar el papel, simplemente lo embolsamos por separado.
Energía eléctrica
En verano en Tucumán hace mucho calor. Podemos preparar nuestra casa para consumir la menor cantidad posible de energía en ventiladores y acondicionadores de aire.
- Buenas cortinas. Una cortina de algodón pesado que abarque no sólo la ventana sino la mayor superficie posible de la pared donde se encuentra la ventana puede ayudarnos a mantener la casa en una temperatura agradable. Tenemos que cerrarla en los horarios en los que da el sol y abrirla cuando empieza "la fresca" (así le dicen por aquí al atardecer). Seguramente recordamos cuando éramos chicos y a cierta hora de la mañana la abuela clausuraba la casa y recién abría todas las puertas y ventanas a la puesta del sol. Un lienzo de algodón pesado sin teñir (de color natural) cuesta alrededor de 22 pesos el metro por dos de ancho.
- Galerías. Si te da el presupuesto, rodear la casa de galerías evitará que el sol caliente directamente las paredes.
- Plantas. En Tucumán no es muy difícil hacer crecer una planta (las adecuadas para nuestro clima, claro. Mi abuela Tona tenía una violeta de los alpes que pasaba seis meses del año agonizando en el pasillo). Árboles como el mango, el mandarino, o el palto tienen muy buen follaje, crecen rápido y protegen nuestra casa del mal clima. Eso sí, requieren cierto esfuerzo cuando crecen porque hay que limpiar los desagües de los techos que se llenan de hojas, pero es algo que deberíamos hacer de todos modos.
- Pisos de cerámico. Las baldosas tradicionales retienen menos el calor que los pisos plásticos y de madera y requieren de menos productos químicos para su limpieza y mantenimiento.
- Ventiladores pequeños. Consumen menos energía y no necesitamos uno que nos haga temblar la cara.
Cambiar gradualmente todas las bombitas de luz por unas de bajo consumo también sirve. Cuando hayas llegado a la mitad del cambio en tu casa, notarás la diferencia en la factura de la empresa de electricidad.
Apagá las luces que no estés usando.
Si estás bajando archivos de internet, pero no estás usando la computadora para otra cosa, apagá el monitor. Lo mismo con la impresora. Apagala en cuanto termines de usarla.
En cuanto a las computadoras portátiles, no las uses enchufadas. Cargá la batería y agotala y volvé a cargar después.
Si estás escuchando la radio, es muy probable que no estés viendo tele y viceversa. Apagá uno de los dos aparatos.
Si hay más de una tele en la casa, traten de ponerse de acuerdo para ver lo mismo, manga de antisociales.
Tratá de que tu hijo no pase mucho tiempo mirando tele. Ofrecele una horita de actividad alternativa tipo ayudarte a limpiar el jardín (son unos cuantos voltios menos). Cualquier otra cosa que implique ensuciarse mucho seguro que le interesará más que la tele.
Los cargadores de pilas y baterías consumen bastante. En cuanto estén cargadas, desenchufalos.
Lustradoras de pisos: no las uses. Nadie mira si tu piso brilla como un espejo.
Compresores de agua: lavá el auto con una esponja y un balde con agua, ocioso.
Planchá toda la ropa de una sola vez, en lugar de unas pocas prendas cada día. Humedecé apenas las prendas de algodón para plancharlas más rápido. Con el calor de la plancha apagada, planchá las prendas de poliéster y de seda.
Usá los ciclos de lavado corto del lavarropas automático. Es suficiente a menos que te hayas revolcado en una pila de barro y pasto.
Insecticidas
Por estos lares, los mosquitos son una verdadera tortura de verano. Poné mosquiteros en puertas y ventanas (son muy baratos y los venden en casi todos los corralones de aberturas. También los hacen a medida).
Repasá los pisos con un trapo o un lampazo ("el mechudo", le dice mi abuela) embebido en un poquito de querosén o aceite de citronela. Es casi mágico: los mosquitos y las moscas huyen.
Si usás floreros, cambiá el agua cada dos días. No dejes que se junte y se estanque el agua en ningún lugar, así los mosquitos no tendrán dónde poner los huevos.
Si tenés una piscina o una pileta de lona, mandá a los chicos a chapotear una vez al día, así no se estanca el agua.
Instruí a tus mascotas para dejar en paz los sapitos del jardín. Son una gran colaboración antiinsectos. Lo mismo con las arañitas (las que viven afuera, claro).
Ahuyentá los bichos de tus plantas con una tintura de alcohol y hojas de tabaco o de alcohol y cuasia amara (venden las hojas en cualquier herboristería). La solución de cuasia también mata piojos sin producir alergias.
Agua
No llenes la bañera (al menos no a cada rato). Usá la ducha por un período razonable de tiempo. Si tenés el pelo largo, lavalo aparte.
A la hora de lavar los platos, sacá primero todos los restos de comida. Jaboná todos juntos y recién abrí el grifo para enjuagarlos.
Usá el ciclo corto de lavado en el lavarropas automático.
Cuando te laves los dientes, abrí el grifo sólo a la hora de enjuagarte la boca.
Cuando bañes a las mascotas, tampoco tengas el grifo abierto todo el tiempo. Gastás agua y se ponen más nerviosos.
Si tenés una piscina o una pileta de lona, tratá de mantener el agua limpia el mayor tiempo posible y cambiala sólo por fracciones.
Combustibles
Ya sé que el transporte público en Tucumán es un desastre. Pero usalo siempre que puedas. Usar un auto para vos solo es un gasto grande de combustible. Y si trabajás en el centro, seguro que también gastás en estacionamiento. También podés arreglar con tus vecinos para compartir un auto o un taxi.
Si te da el cuero, tenés onda y no necesitás ir super trajeado al laburo, comprá un casco y desempolvá la bici. Estacionarla cuesta entre $0,50 y $1 en las guarderías de autos del centro.
Si no estás demasiado lejos de tu destino, caminá. Podés hacer 20 cuadras en pocos minutos y sin sufrir un síncope.
Seguro hay muchas más cosas que uno puede hacer. Estas son algunas de las que recuerdo entre las que practico. ¿Se prenden ustedes también?
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