8 de diciembre de 2009

Las manchas de la inmaculada

Anoche hubo procesión en el barrio. A medianoche todavía no había terminado el show, que incluía micrófono y cantantes devotas pero desafinadas de melodías y letras poco inspiradas.
El volumen, claro, a más de 90 decibeles, para horadar con La Palabra a los que no entendemos cómo parió María justo 17 días después de concebir o 382 días después de concebir.
Pasada la medianoche Pablo salió a pedir un poco de moderación con el volumen y con las bombas, ya que Emma se había despertado varias veces con el ruido.
Esta mañana, nuestra puerta amaneció con un lindo graffiti.
Qué cosa fea los cobardes que usan una religión para enmascarar su real devoción por el fascismo.

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