4 de diciembre de 2007
El coletivero
Así le decimos por estos pagos al conductor del ómnibus, "transporte colectivo de pasajeros".
Hace varios años una ordenanza municipal prohibió que los ómnibus se pintaran con filetes al estilo porteño. Eso minó un poco el entusiasmo de los choferes por decorar su lugar de trabajo en forma personalizada. Desaparecieron así la profusión de lentejuelas, flecos, peluche y luces de colores que los conductores ponían en torno de sí. Muchas decoraciones incluían los nombres bordados de hijas, esposas y otros entusiasmos amorosos. En esta foto alcanzamos a ver un resabio de aquellos tiempos: el tapasol dedicado a "Dany", un cubrevolante suave y afelpado y una hilera de santos estampados a quien nos encomendamos todos cada vez que sacamos el boleto.
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