Para qué la barricada. (No sé Álvaro detrás de cuál hayas elegido estar, o cuál te habrá tocado en suerte). La mía es, como manda la academia, para detener el paso del enemigo.
Es sabido que los enemigos van cambiando (mutan ellos o renuevo yo mis enemigos). Entonces van cambiando también las cosas que apilo delante de mí, la composición del muro. Pero detrás de mi barricada ofrezco además refugio para los que no tienen la propia.
¿Quién quiere venirse aquí, poner a cubierto la cabeza, el cuerpo o lo que precie?
Yo por ejemplo, no dejo que me maten aquí la confianza. Yo quiero creer que no me mienten. Elijo eso y me lo cuido detrás de las vallas. Tengo a resguardo muchas más cosas: la universidad pública; el cine; el sistema solidario de la seguridad social argentina; las chacareras de los hermanos Núñez y Amaicha (aunque me empuja y me pisa la Alumbrera). Guardo, aunque me haya traicionado, ese final de discurso de Alfonsín en la campaña de lanzamiento de la Alianza (por el trabajo la educación y la justicia): "No se trata de ganar una elección, se trata de salvar a la patria". Tengo aquí mi cuerpo y el derecho a decidir sobre lo que le pasa. Una buena edición de la Commedia y otra muy buena y comentada del Decamerón. Protejo mi cansancio (porque es mío, qué mierda) y mi descanso; los abuelos -mayormente los míos que los otros-; las genialidades de la Vanesa Neumann; la igualdad ante la ley; Pikachu de peluche; la apasionada fe de Noguera; un par de recuerdos. Llorar a los gritos; la salud pública; besitos inolvidables; los cantos profanos de Orff; los derechos de los trabajadores. Esa de la Constitución que les salió tan linda: "para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino".
He amontonado bastante aquí atrás. Pero siempre hay espacio para quien guste sumarse. Me tengo que ir. Fabián y Pablo me esperan con cerveza. Después vamos a usar la botella para la barricada. Creo que Diego Toscano me sugeriría guardarla para hacer molotovs. Quién sabe. Felicidades de paso para Diego que salió primero en el concurso de cargos en la facultad. Y para Rafael, que hoy recibe un premio por su trayectoria, entregado por la Asociación Argentina de Actores (me imagino que no querrás que te diga "papi", como hace la Luz García Hamilton con el viejo Enrique). Hasta mañana.
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