Foto de Inés Quinteros para La Gaceta de Tucumán
Salí del encierro justo a tiempo para ver la marcha. Justo a tiempo. Cuando llegué a la esquina de 25 de Mayo y Mendoza pasaba la columna más grande, decenas de manifestantes indígenas. Algunos iban vestidos con ropas típicas. Otros llevaban la insignia de su agrupación impresa en la remera. Unos pocos cantaban y trataban de animar a la tropa. Ya estaban muy cerca de la Casa de Gobierno.
Cien metros atrás de la primera bandera, un trombón sostenido por la mano cansada de un brazo bajo el poncho. Me conmovía la gran cantidad de gente marchando en silencio, los más. En las veredas, unos pocos aplausos alentando a los caminantes.
Y salió el sol del trombón. Y amanecieron los tambores y qué manera de cantar. Y qué fiesta de whipalas.